Ignacio Ramonet <http://rebelion.org/autores.php?id=1>
Le Monde Diplomatique
* Muy pocos medios de comunicación lo han comentado. La opinión pública no
ha sido alertada. Y sin embargo, las preocupantes conclusiones del Informe
final (1), publicado por la Comisión Europea el pasado 8 de julio, sobre
los abusos en materia de competencia en el sector farmacéutico merecen ser
conocidas por los ciudadanos y ampliamente difundidas. *
¿Qué dice ese informe? En síntesis: que, en el comercio de los medicamentos,
la competencia no está funcionando, y que los grandes grupos farmacéuticos
recurren a toda suerte de juegos sucios para impedir la llegada al mercado
de medicinas más eficaces y sobre todo para descalificar los medicamentos
genéricos mucho más baratos. Consecuencia: el retraso del acceso del
consumidor a los genéricos se traduce en importantes pérdidas financieras no
sólo para los propios pacientes sino para la Seguridad Social a cargo del
Estado (o sea de los contribuyentes). Esto, además, ofrece argumentos a los
defensores de la privatización de los Sistemas Públicos de Salud, acusados
de ser fosos de déficits en el presupuesto de los Estados.
Los genéricos son medicamentos idénticos, en cuanto a principios activos,
dosificación, forma farmacéutica, seguridad y eficacia, a los medicamentos
originales producidos en exclusividad por los grandes monopolios
farmacéuticos. El periodo de exclusividad, que se inicia desde el momento en
que el producto es puesto a la venta, vence a los diez años; pero la
protección de la patente del fármaco original dura veinte años. Entonces es
cuando otros fabricantes tienen derecho a producir los genéricos que cuestan
un 40% más baratos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la mayoría
de los Gobiernos recomiendan el uso de genéricos porque, por su menor coste,
favorecen el acceso equitativo a la salud de las poblaciones expuestas a
enfermedades evitables (2).
El objetivo de las grandes marcas farmacéuticas consiste, por consiguiente,
en retrasar por todos los medios posibles la fecha de vencimiento del
periodo de protección de la patente; y se las arreglan para patentar
añadidos superfluos del producto (un polimorfo, una forma cristalina, etc.)
y extender así, artificialmente, la duración de su control del medicamento.
El mercado mundial de los medicamentos representa unos 700.000 millones de
euros (3); y una docena de empresas gigantes, entre ellas las llamadas " *Big
Pharma *" -Bayer, GlaxoSmithKline (GSK), Merck, Novartis, Pfizer, Roche,
Sanofi-Aventis-, controlan la mitad de ese mercado. Sus beneficios son
Superiores a los obtenidos por los poderosos grupos del complejo
militar-industrial. Por cada euro invertido en la fabricación de un
medicamento de marca, los monopolios ganan mil en el mercado (4). Y tres de
esas firmas, GSK, Novartis y Sanofi, se disponen a ganar miles de millones
de euros más en los próximos meses gracias a las ventas masivas de la vacuna
contra el virus A(H1N1) de la nueva gripe (5).
Esas gigantescas masas de dinero otorgan a las " *Big Pharma *" una potencia
financiera absolutamente colosal. Que usan en particular para arruinar,
mediante múltiples juicios millonarios ante los tribunales, a los modestos
fabricantes de genéricos. Sus innumerables lobbies hostigan también
permanentemente a la Oficina Europea de Patentes (OEP), cuya sede se halla
en Múnich, para retrasar la concesión de autorizaciones de entrada en el
mercado a los genéricos. Asimismo lanzan campañas engañosas sobre estos
fármacos bioequivalentes y asustan a los pacientes. El resultado es que,
según el reciente Informe publicado por la Comisión Europea, los ciudadanos
han tenido que esperar, por término medio, siete meses más de lo normal para
acceder a los genéricos, lo cual se ha traducido en los últimos cinco años
en un sobregasto innecesario de cerca de 3.000 millones de euros para los
consumidores y en un 20% de aumento para los Sistemas Públicos de Salud.
La ofensiva de los monopolios farmacéutico-industriales no tiene fronteras.
También estarían implicados en el reciente golpe de Estado contra el
presidente Manuel Zelaya en Honduras, país que importa todas sus medicinas,
producidas fundamentalmente por las " *Big Pharma *". Desde que Honduras
ingresó en el ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de América), en
agosto de 2008, Manuel Zelaya negociaba un acuerdo comercial con La Habana
para importar genéricos cubanos, con el propósito de reducir los gastos de
funcionamiento de los hospitales públicos hondureños. Además, en la Cumbre
del 24 de junio pasado, los Presidentes del ALBA se comprometieron a
"revisar la doctrina sobre la propiedad industrial", o sea, la
intangibilidad de las patentes en materia de medicamentos. Estos dos
proyectos, que amenazaban directamente sus intereses, impulsaron a los
grupos farmacéuticos transnacionales a apoyar con fuerza el movimiento
golpista que derrocaría a Zelaya el 28 de junio último (6).
Asimismo, Barack Obama, deseoso de reformar el sistema de salud de Estados
Unidos que deja sin cobertura médica a 47 millones de ciudadanos, está
afrontando las iras del complejo farmacéutico-industrial. Aquí, las sumas en
juego son gigantescas (los gastos de salud representan el equivalente del
18% del PIB) y las controla un vigoroso *lobby *de intereses privados que
reúne, además de las " *Big Pharma *", a las grandes compañías de seguros y
a todo el sector de las clínicas y de los hospitales privados. Ninguno de
estos actores quiere perder sus opulentos privilegios. Por eso, apoyándose
en los grandes medios de comunicación más conservadores y en el Partido
Republicano, están gastando decenas de millones de dólares en campañas de
desinformación y de calumnias contra la necesaria reforma del sistema de
salud.
Es una batalla crucial. Y sería dramático que las mafias farmacéuticas la
ganasen. Porque redoblarían entonces los esfuerzos para atacar, en Europa y
en el resto del mundo, el despliegue de los medicamentos genéricos y la
esperanza de unos sistemas de salud menos costosos y más solidarios.
*Notas: *
(1) http://ec.europa.eu/comm/competition/sectors/pharmaceuticals/inquiry/...
(2) El 90% de los gastos de la gran industria farmacéutica para el
desarrollo de nuevos fármacos está destinado a enfermedades que sólo padece
el 10% de la población mundial.
(3) Intercontinental Marketing Services (IMS) Health, 19 de marzo de 2009.
(4) Carlos Machado, "La mafia farmacéutica. Peor el remedio que la
enfermedad", 5 de marzo de 2007 (www.ecoportal.net/content/view/full/67184).
(5) Léase, Ignacio Ramonet, "Los culpables de la gripe porcina", *Le Monde
diplomatique en español *, junio de 2009.
(6) Observatorio Social Centroamericano, 29 de junio de 2009.
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